Monsterholic es una banda nacida en 2013 en Barcelona, que tiene la gran virtud de integrar varios estilos en su música y de no limitarse al sonido “tradicional”. Es un interesante trabajo, cuyo nombre, Monsterholic, tampoco deja espacio a la casualidad. “Adicto al monstruo” podría traducirse a la adicción al “monstruo interior” que llevamos dentro y nos conduce a actuar de una determinada forma y a cometer errores. Asi mismo, el nombre se refiere a lo outsider, lo que permanece en la periferia de los convencionalismos y no es aceptado por las masas por esta misma razón.
El alma máter del proyecto es Àlex Calero, quien compone y mezcla los temas, y además interpreta todos los instrumentos en estudio. En directo se acompaña de Guillem Rovira a la batería, Albert Bleda al bajo y Marc Medina a la guitarra, mientras él se centra en los teclados, vocoders, pads, guitarras y añade voz a las piezas.
Realmente Monsterholic es incatalogable; su obra recuerda a grupos y a discos muy dispares entre ellos. Todas estas influencias se unifican bajo el nombre de Monsterholic, que reúne el sonido progresivo tradicional con la música electrónica a la par que manifiesta cierta vertiente jazzística.
El primer disco recibe el nombre de “Anthems For The Bullied”. Actualmente se encuentran grabando el segundo álbum, cuyo título aún es desconocido, que incorporará además piano acústico y baterías sin secuenciar.
“Anthems For The Bullied” se inicia con “Anthem”, una intro de dos minutos y medio puramente electrónica al estilo de los californianos The Glitch Mob.
Desde luego, si hubiera que elegir una sola pieza creada para el directo, sería sin duda “Daymare”. Es prácticamente imposible no dejarse llevar por sus marcados cambios rítmicos y las distorsiones constantes en el sonido. El tema incluye fragmentos de una película, y de hecho finaliza magistralmente con la frase “qué ciegas son las criaturas que se apoyan en el suelo”, una clara referencia a José Val del Omar, un cineasta atípico que optó por crear ilusiones audiovisuales a través de las que influir y “marcar” al espectador.
Apenas se es consciente de la transición de una canción a la siguiente, ya que “The Process of Leverage” inicialmente continúa con los mismos riffs pesados de “Daymare” , aunque luego evoluciona con toques electrónicos que no abandonan la facción metalera. Tiene secciones de puro metal progresivo, del tipo de Evergrey, pero desbancándose también de este género, puesto que en el último tramo recuerda a Avenged Sevenfold.
“Kentucky Kabuki” es mucho más relajado y ambiental, con aires post-rock. En el último minuto antes de pasar a la quinta canción, se desliga de la melodía y nos muestra a unos Muse más agresivos que ocupan apenas medio minuto.
“Underground Industry” evoca efectivamente a eso; a un mundo subterráneo aislado de la civilización, colonizado por seres mecánicos. La voz robotizada nos guía a través de un mundo paralelo dominado por la oscuridad. “Smartass” insiste en el estilo ya mencionado anteriormente pero con más groove. La diferencia se aprecia a partir de “Portrait of a Weeping Lady”, más pensativa y con un ligero toque de jazz que apenas se puede distinguir. Mientras que en “Enter the Hero” la influencia metalera adquiere el primer plano, “Bullied” es más intimista. Recuerda a Peter Gabriel en “Darkness” ("Up", 2002) y da paso nuevamente a los toques electrónicos. “Iron” cierra el disco con una fusión de rock y metal clásico muy bien elaborado.
En conclusión, Monsterholic es un proyecto atractivo cuya elegancia radica en la asociación de varios géneros y corrientes musicales con gran acierto. No hace falta decir, por tanto, que es un grupo muy recomendable. -EVA PLAZA vía Keep The Dream Alive-
Monsterholic, Anthems For the Bullied
Independiente, 2013
Enlaces:
Daymare
Smartass
Daymare
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