No es la primera vez que Waters presenta “The Wall” en concierto. Y probablemente esta no es la versión más ambiciosa realizada a la fecha. Los logros tecnológicos de la producción son realmente novedosos en esta ocasión, pero la lista de personajes famosos y reverenciados que anteriormente lo han acompañado en gran cantidad, no fueron el énfasis esta vez.
Yo en lo personal sentí que la intención de Waters era diferente: a esta edad que ya pasa de los 70 años el quería mostrar otra faceta. El evento no fue surrealista como la película original, más bien fue algo muy normal, hasta un poco escueto en cuanto a la banda que lo acompaña, justo lo necesario para que las canciones sonaran muy parecidas al disco original. Las escenas que no eran del concierto mostraban a Waters en diferentes situaciones solo o en conversaciones más que interesantes para los fans, haciéndonos entender el mensaje que el quería transmitir, quizá complementando lo mucho que quiso decir con “The Wall” cuando la escribió originalmente.
Realmente “The Wall” es Roger Waters, nunca ha habido duda al respecto. ¿Qué diferencia hay en la apreciación y el aprecio que el mundo tiene sobre Pink Floyd con respecto a otras bandas creativas, aventuradas, exitosas y que marcaron época en el rock clásico y el rock progresivo? ¿Que los diferencia de Genesis, Yes, King Crimson, Emerson Lake and Palmer, Jethro Tull y otras bandas que estaban a su nivel de creatividad y composición y quizá aún más elevadas en complejidad y ejecución? Para mí la diferencia es simplemente ¡”The Wall”!
Y es que “The Wall” fue una obra que dejo huella en todo el mundo, y no solo musicalmente. Estaba muy bien pensada al abordar la afectación en la vida de un niño por perder a su padre en la guerra analizando una serie de conceptos psicológicos tan complejos y que fueron tan bien plasmados que, llevados a la música realmente depresiva que conformo el disco, capto inmediatamente la atención de todo el mundo pues es casi universal que las personas se sintieran identificadas con traumas psicológicos, depresión, desordenes sexuales, anarquismo, autoritarismo y la guerra. Son temas que están presentes diariamente en este planeta. Claro que todos sentiremos más que un simple dejavu si le damos la oportunidad a “The Wall”. Y el final positivo de alguien que sale adelante y puede derribar esa pared, da un mensaje de esperanza que siempre necesitamos.
Seguramente Waters tenía consciencia de lo que estaba creando, dejando su huella para la posteridad basándose en algo que conocía, de vivencias hasta cierto punto personales. De alguna manera, él sabía que su obra tenía muchos mensajes, y también cierto dolor anti-guerra, anti-anarquismo y anti-totalitarismo, pero no creo que haya tenido una idea de hasta dónde iba a llegar su obra o la intención de hacer algo como la crítica al poder internacional y a las doctrinas políticas.
Quizá lo que más hizo trascender mundialmente a “The Wall” con el paso del tiempo, fue lo que lo convirtió en un símbolo de esperanza: la propia pared que representando una barrera infranqueable y eterna, al caer significaba que una persona al conocerse, aceptarse y querer sanar, era capaz de salir adelante de sus traumas y ser libre de sí mismo. Eventos políticos internacionales como la caída del muro de Berlín y la desaparición de la URSS, siendo hasta cierto punto análogos al extrapolar el mensaje de la obra en sí, simplemente como el muro o la pared invencible que de repente deja de existir, propiciaron que “The Wall” se convirtiera en un símbolo de esperanza y un estandarte para hablar de los males que aquejan a las sociedades, sobre todo la guerra, el terrorismo y la dominación del hombre por el hombre en busca de poder. La trascendencia de “The Wall” esta ahí. ¿Cuantas bandas de rock han logrado algo como eso? ¡Difundir un mensaje de esperanza con esa fuerza!
En la película, Roger Waters menciona una anécdota: suele invitar a excombatientes a los conciertos; en una ocasión uno de ellos le tomo la mano y no se la soltaba y le dijo: “Tu padre estaría orgulloso de ti”. Quiero pensar que eso haya hecho que viera a su obra más importante de diferente manera. Viendo el documental-concierto me pareció que él estaba más consciente ahora de lo importante que “The Wall” es para el mundo. Y de que las personas que hemos tenido el privilegio de haber crecido, y seguir creciendo con ella, vemos las cosas un poco diferentes por lo que él nos mostró.
- Por Roberto Lupercio vía Rock Evolución -
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