Recién estoy leyendo “Desayuno con John Lennon y otras crónicas para la historia del rock” del periodista y crítico norteamericano Robert Hilburn. Un libro que salió hace algunos años pero que por azares del destino hasta hoy le pude echar el guante. El caso es que en sus primeros capítulos Hilburn cuenta cómo, en la década de los 50’s, mientras en la radio y la sala familiar solo se escuchaba el “pop” de la época (Bing Crosby, Glenn Miller, etc.) él descubrió el country y el blues gracias a su “Tío Bill”, una especie de “oveja negra” de la familia, quien lo inicio en el conocimiento de esta música no precisamente clandestina pero si totalmente diferente a lo que se escuchaba en la radio por aquellos días.
Esto me hizo pensar que yo no tuve un “Tío Bill”. Mejor aún: tuve tres. Si bien mi descubrimiento e interés por la música inicio de manera “autodidacta”, hubo un momento en el que me encontré con mis “Tíos Bill” quienes me hicieron descubrir música en ese entonces inimaginable para mí; más aún, puedo decir que, literalmente, abrieron mis oídos y llevaron mi interés por la música a otro nivel. Por si fuera poco, el encuentro con mis “Tíos Bill” se dio de manera prácticamente simultánea por medio de 3 programas: “Alquimia 104”, “Rock Evolución” y “La Explosión del Decibel”. Claro, mis “Tíos Bill” son: Fernando Dueñas, Roberto Lupercio y Roberto Pons a quienes solo les puedo decir Gracias. ¿Quién es tu “Tio Bill”? -CORANNIEIT-
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