Parte II: "No solo el agua sacia la sed".
Alrededor de las 10:30pm, después de estar parado tantas horas, más las el cansancio del viaje, con una sed de indocumentado perdido en el desierto, aparecen las primeras señales: La intro hipnótica del Salival (un disco amado y odiado por los fans), una inmensa cara proyectada en la pantalla filtrada por colores extraños, hablándonos pacientemente, programándonos la mente, nos hablaba de manera personal. Así empezaba.
Los Maestros iniciaban con “Third Eye” del Ænima, reservados y ocultos entre humo, luces rojas y lasers que más que agradarme en ese momento me molestaba por que impedían distinguir a los sujetos en el escenario. A los pocos minutos de enfocar bien, se distinguía claramente la silueta de Adam Jones, Danny Carey y Justin Chancellor… Danny usaba su uniforme de los Lakers como siempre, mientras que Justin y Adam unas aseñoradas camisas de botones que los hacia ver bastante sobrios al ejecutar. Pero todos se preguntaban por el más esperado: “¿Dónde está? ¿Ya lo viste? ¿No ha salido?” Oculto en las sombras se alcanzaba a divisar la figura de Maynard James Keenan, que vestía unos jeans y una playera negra, unos lentes de sol y su mohawk característica. De su cinturón colgaba su gear, que consta, al parecer, de algún tipo de megáfono y micrófonos, en ambas manos usaba muñequeras ortopédicas que pude notar no las uso con Puscifer.
Los Maestros iniciaban con “Third Eye” del Ænima, reservados y ocultos entre humo, luces rojas y lasers que más que agradarme en ese momento me molestaba por que impedían distinguir a los sujetos en el escenario. A los pocos minutos de enfocar bien, se distinguía claramente la silueta de Adam Jones, Danny Carey y Justin Chancellor… Danny usaba su uniforme de los Lakers como siempre, mientras que Justin y Adam unas aseñoradas camisas de botones que los hacia ver bastante sobrios al ejecutar. Pero todos se preguntaban por el más esperado: “¿Dónde está? ¿Ya lo viste? ¿No ha salido?” Oculto en las sombras se alcanzaba a divisar la figura de Maynard James Keenan, que vestía unos jeans y una playera negra, unos lentes de sol y su mohawk característica. De su cinturón colgaba su gear, que consta, al parecer, de algún tipo de megáfono y micrófonos, en ambas manos usaba muñequeras ortopédicas que pude notar no las uso con Puscifer.
Jamás pensé que iniciarían de manera tan impresionante, fue emocionante y como un sueño, trece minutos se fueron en un instante. Literalmente todos enloquecimos en el lugar. Para mí eso era suficiente, si Tool se despedía en ese momento yo me regresaba con una sonrisa en mi cara que podía durar días. Pero apenas iniciaba. Nos despertaron del sueño con una bofetada llama “Vicarious”. La ejecución fue inmaculada sin ninguna variación aparente, solo podía distinguir un poder superior a lo que normalmente escuchaba en mis discos, aquí su letra adquiría carácter y el mensaje llegaba perturbadoramente más claro: somos vampiros amotinados tras nuestra televisión que necesitamos ver la muerte de los demás para sentirnos vivos. El calor hacia mella en las personas y después de terminar esa canción se desmayaron dos más frente a mí, lo cual aproveche y me acerque un par de metros sin importarme los afectados, inmediatamente el staff se los llevo. “No viaje tanto para desmayarme o ayudar a deshidratados" me dije a mi mismo.
Sentía mucha sed y calor, inmediatamente un jam dio pie a un bajo atascado de procesos, hermoso y punzante, eran las primeras líneas de “Schism”. El lugar se estremeció, no sé si fue mi debilidad por los estragos de la sed y el cansancio pero sentí que el piso temblaba, no recuerdo un solo momento en el que todos dejara de cantar, sería imprudente afirmar que es el único concierto donde se han corearon así todas las canciones, pero era muy ensordecedor el canto de todos. En este tema tuvieron un intermedio en el que a mi ver improvisaron unas progresiones ya que Adam, Justin y Danny se miraban entre sí para determinar tiempos de entrada o salida, mientras Maynard bailaba tímidamente en las sombras, lo cual me pareció muy divertido de ver con mis ojos, el cierre de la pieza fue como una película de final feliz.
Siguieron con “Pushit”, manteniendo el poder y la contundencia, hacían que olvidara el cansancio, el calor y la sed que me consumían. En algún momento momento cayeron fulminadas tres personas más, mismas que propiciaron el reacomodo de los que estábamos ahí cerca, que nos movíamos como piezas del Tetris pegaditos unos con otros. Obtuve nuevamente un mejor lugar. Aquí hicieron una pausa y tocaron “Intesion”, una pieza que para muchos a mí alrededor pasaba desapercibida pero que en el "10,000 Days" figura sutilmente y personalmente me agrada bastante.
Ahí pude notar el impresionante despliegue técnico que ofrecían en el asunto visual. Mientras tocaba Puscifer y Primus me pregunte por que no usaban el techo del recinto para proyecciones, doy gracias que Tool lo hiciera. Nos llevaron a viajar por el espacio, en esos momentos todos flotábamos entre constelaciones y galaxias, las proyecciones con laser en el techo abovedado eran impresionantes, además de las imágenes que proyectaban en las pantallas. Recordé aquella vez que nos llevaron a un viaje de estudios al planetario del centro de ciencias, fue una grata sensación.
Pero seguía lo que para mí fue la mejor interpretación de la banda, “Lateralus”. Fue impactante escuchar a todos ahí tararear los arpegios de Adam al iniciar, una parte de la multitud tarareaba con Adam y otra parte acentuaba con palmadas los cuatro golpes que gradualmente va aumentando Danny en la intro, una compleja y deliciosa sincronía entre la banda y los oyentes, todos interpretando, todos unidos. Ahí tuve la sensación de que Tool noto, que no éramos solo unos miles de fans, sino una masa viviente que devoraba sus canciones. Monumental y poderosa de principio a fin, con un final épico: “…spiral out! Keep going! spiral out! Keep going!” todos cantando con las manos queriendo tocar el cielo. Fue tan emocionante el momento que Maynard al final de la canción dijo: “This is a very special day… Thanks…”.
Luego sin tregua alguna nos presentan “Jambi”, con su delirante introducción que no deja de recordarme aquella vez que escuche por primera vez “The Grudge”, del Lateralus. Una interminable e indescifrable mezcla que con su tiempo en 9/8 te hace explotar la cabeza. Yo la estaba esperando desde hacía un par de canciones pues tenía mucha curiosidad por ver a Adam tocar ese solo con su talk box que le quedo sublime.
Después de esto todo se relajó para ellos, mas no para nosotros y nos regalaron tres obras de arte más, que a decir verdad ya no las esperaba: "Forty Six & 2", "Ænima" y "Stinkfist". Para mí el concierto duro un suspiro de alrededor de hora y media. Esas tres canciones las sentí como las típicas tres que tocan después de la supuesta ultima, pero Tool, sin preguntar, simplemente nos las entrego lo que agradecimos con todo el alma. "Forty Six & 2" retumbo en el pecho con el solo de Danny, era para todos la parte esperada de esa pieza, sin embargo disfrute a morir la línea de bajo de Justin, ese intro plagado de flanger, delay y no sé qué tantas cosas más (bueno, en realidad si se pero luego les cuento), como bajista admiro el trabajo de Justin en Tool y esta canción en especial marco mi vida como ejecutante, la piel siempre estuvo de gallina. "Ænima" fue un postre de esos que te comes despacito disfrutando cada cucharada, fue la primera canción que escuche de Tool y es hora que no me enfada.
En ese disco Justin llego con huevos a Tool, no digo que ya no los tenga puestos pero ahí tenía toda la insolencia de un bajista de otro planeta, Danny lo entendió y en esta canción se complementan encabronadamente bien, Adam no hizo más que traducir la magia y fundirse en esa sinfonía extraterrestre. Debo mencionar que Marynard, bien pudo simplemente escuchar, pues las voces de los más de 40,000 fans apenas dejaban escucharlo sin embargo ahí entre sus sombras se le veía moverse de forma extraña, espeluznante, inquietante, con espasmos que elevaban la escena a niveles nunca antes vistos por mí en ningún otro concierto. Así, sabiendo que era imposible superar lo sucedido inicio "Stinkfist". Una pieza “normal” dentro de todo lo hermosamente retorcido que habíamos escuchado. Ahí note que los fans de Tool no hacemos muy a menudo el headbanding, más bien somos como luces sincronizadas con la música, tal vez porque es difícil seguir el tiempo a las canciones, solo en esta canción y en "Vicarious" brincamos al mismo tiempo con fluidez.
Al terminar se abrazaron en el escenario como comúnmente lo hacen, regalaron sus plumillas y baquetas, Maynard salió rápidamente y en la pantalla se desplego un: "TOOL LOS AMA". Nadie pidió otra, nadie se quejó, nadie cuestiono nada. Sentí mucha sed y no me daba cuenta que llevaba cara de tonto, con una enorme sonrisa que no podía calmar. Junto a mí y rápidamente paso un sujeto con un papel en sus manos, ¡era el setlist de Tool para El Tajin! Intente alcanzarlo para sacarle una foto al documento pero se perdió en la multitud. Pude ver a un tipo sin playera que en su espalda lucia la portada del "10,000 Days" y otros más felicitándolo por su hermoso tatoo, nunca había visto a tantos fans de Tool juntos, tantas playeras, pese a ello no intente platicar con ninguno cuando normalmente abordo a cualquiera que dé señales de conocer a la banda, curiosamente no sentí la necesidad, sabía lo que sentían, solo disfrutaba el paisaje. Ya afuera pude respirar con facilidad, aire fresco y revitalizante… Pero la sed era implacable, pensé en ellos y concluí que no solo el agua la sacia, la música que amas puede lograr calmarla. -Colaboración especial de Cristobal Gutérrez-
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